La Finca el Helecho, situada en el caserío de El Bueno en las medianías altas de Arico, es propiedad del Cabildo Insular de Tenerife. Los distintos equipamientos que presenta están construidos respetando el entorno.
En ella se desarrollan actividades dirigidas fundamentalmente a la recuperación de especies ganaderas autóctonas como el cochino negro, oveja y la cabra canaria entre otras, contando con una zona reservada a la agricultura característica de la isla en la que es posible conocer cultivos tradicionales como la viña y de las distintas variedades de papas.
La Finca está integrada en un programa de visitas escolares desarrollando distintas actividades formativas y divulgativas, coordinado por la Fundación Tenerife Rural, cuyo fin es la difusión y conocimiento de la ganadería y agricultura tradicional canaria.
El Aula de la Naturaleza está formada por un grupo de casas cuevas y alojamientos destinados a estancias de grupos o colectivos cuyo propósito es la convivencia y la realización de talleres relacionados con la educación medioambiental.
http://www.teneriferural.org/muestra_ficha.asp?codigo_ficha=9
http://www.fedtfm.es/index.php?option=com_content&view=article&id=19&Itemid=56
La Piedra de Los Valientes que se cree pesa unos 150 kg está situada a unos 1500 m de altitud en los altos de Arico, en la Morra de Ifonse. Las piedras utilizadas para este tipo de levantamientos no están manipuladas por el hombre, respetando su estado natural, de ahí la particular destreza de este ejercicio.
La única referencia que tenemos de la Piedra de los Valientes de Arico se debe a las crónicas de Fray Alonso de Espinosa de 1594:
«Eran hombres de tanta ligereza que se cuentan algunas cosas de ellos casi increíbles. Una piedra guijarro está en esta isla, en el término de Arico, maciza, mayor que una grande perulera, la cual vide yo y es común plática entre los naturales que con aquella piedra iban sus antepasados a probar sus fuerzas, y que la levantaban con las manos y la echaban sobre la cabeza a las espaldas con facilidad; y ahora no hay hombre, por membrudo que sea, que la pueda levantar ni dar viento».
El levantamiento o pulseo de piedra era una prueba de fuerza con la que se medían los Guanches. El pulseo -levantar la piedra sobre la cabeza sin tocar el cuerpo-, se considera la forma más limpia de levantarla. El levantamiento de piedra permite el contacto con el cuerpo usando varias paradas en las rodillas, en el pecho y en un hombro, luego hay que elevarla lo máximo que se pueda y después lanzarla hacia delante o bien hacia atrás, e incluso, cuando está a la altura del pecho, hay que intentar caminar con ella el máximo espacio posible.
La tradición cuenta que esta piedra, que apenas puede ser despegada del suelo por un hombre normal, era levantada por los Guanches y sus descendientes hasta la altura del hombro, se le daba la vuelta por detrás del cuello y se bajaba por el otro lado.
http://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/wiki/index.php?title=Levantamiento_de_piedras
http://www.gobiernodecanarias.org/educacion/culturacanaria/juegos/juegos.htm
La ermita de San Pancracio está situada en la Morra del Horno Buey, en El Bueno, en el entorno de una finca privada.
En las proximidades de esta loma, José María Mesa Padilla, oriundo de La Gomera y su esposa, Juana de Armas González natural del Río de Arico, adquirieron una finca agraria con la finalidad de establecerse allí, dedicados a la agricultura habitual de la zona.
Don José María decide iniciar la construcción de una ermita en la que pueda honrar sus devociones. Relata que los trabajos para la construcción de la ermita, en honor a San Pancracio, empezaron en los años setenta del pasado siglo para concluirlos a inicios de los ochenta, corriendo de cuenta todos los gastos.
Su talla fue traída de Valencia en 1982 y bendecida por el obispo de Tenerife Damián Iguacén . En este acto litúrgico se bendijeron simultáneamente la imagen y la ermita que fue cedida al Obispado, como es preceptivo para poder realizar en ella cualquier celebración religiosa.
http://eldia.es/laprensa/wp-content/uploads/2014/11/20141116-laprensa.pdf
La obtención de la cal en los hornos de cal o caleras fue una de las actividades industriales de más arraigo en las islas. Se inició en la etapa de colonización y se mantuvo en constante crecimiento hasta fechas recientes, entre finales de los años 50 y principio de los 60 del pasado siglo, en la que dejaron de funcionar por la aparición de la industria cementera.
En los hornos, se elaboraba la cal mediante la calcinación de la piedra caliza a una temperatura de unos 900-1000°C.
Se usaba en la construcción mezclada con arena y agua para hacer el mortero y disuelta en agua para pintar las paredes. Era fundamental para impermeabilizar charcas y aljibes, servía como desinfectante en enfermedades contagiosas, para prevenir la putrefacción de aguas estancadas e incluso, para la prevención de infecciones en los enterramientos.
Se tienen referencias históricas del funcionamiento desde el siglo XVII de hornos de cal en Canarias.
http://loquelaspiedrascuentan.blogspot.com.es/2012/09/antiguos-hornos-de-cal.html
Enlace a la ruta: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=13230887